Hoy en día el aumento de la oferta de ocio ha llevado a los museos a “ponerse las pilas”. Actualmente, las obras ya no son las únicas protagonistas de los espacios museísticos, lo convencional aburre, la gente necesita experiencias memorables para que regrese más adelante. Los museos ya no son solo lugares para la observación, sino espacios de aprendizaje, de relajación, de fascinación, de diversión, de ensimismamiento, de felicidad sentida con la visita, etc. Para ello, es fundamental cuidar la interacción entre visitante y museo.

Resulta evidente que para los museos una adecuada gestión de la creatividad y la innovación constituye un requisito esencial para garantizar la consecución de sus objetivos y asegurar su sosteniblilidad. La creatividad y la innovación en los museos requieren promover y producir la actividad de artistas e investigadores, estimular la creación y el conocimiento y apostar por el riesgo en nuevos proyectos. Y, sobre todo, intentar conectar los sentimientos de los autores de las obras con los sentimientos de la gente. Si esto no se logra, se corre el riesgo de que una creación no responda a las expectativas del visitante y no garantice una respuesta positiva del mercado. Por tanto, es necesario poner la creatividad en valor a través de experiencias de consumo satisfactorias. En este sentido, el contenido de la innovación constituye un elemento esencial para acercar las creaciones e innovaciones más arriesgadas al visitante. Pero también, el efecto de la innovación sobre la atracción del visitante pasa por cautivar sus emociones. Es necesario que el visitante viva experiencias memorables, motivantes, afectivas y relacionales en el museo que le ilusionen, le emocionen y le animen a recomendarlo.

En un trabajo realizado por nuestro equipo (Camarero, Garrido y Vicente, 2019) para una muestra de 556 museos americanos, alemanes, británicos, franceses y españoles analizamos los resultados operativos (nº de visitantes) e ingresos que obtiene el museo a través de donaciones y patrocinios con el fin de conocer cómo influye la creatividad y la innovación en los resultados económicos de los museos. De los resultados obtenidos derivamos algunas recomendaciones para la gestión:

  • En primer lugar, recomendamos que los directores de los museos apuesten por proyectos arriesgados y creativos porque esto conlleva un incremento en el nº de visitantes y turistas. En el caso de los museos, es de esperar que la apuesta por el talento y el riesgo creativo dote al museo de una imagen de prestigio, vanguardia y renovación, que le permita ser valorado positivamente por la prensa especializada, museos y otros agentes externos (donantes y sponsors).
  • También sugerimos que la creatividad vaya acompañada de una propuesta de actividades interactivas y participativas para los visitantes a través del uso de nuevas tecnologías (simulación, experiencias de realidad virtual, las tecnologías sensoriales, reconstrucciones 3D, aplicaciones interactivas para dispositivos móviles, utilización de códigos QR en salas, etc.). El coctel creatividad + tecnología es óptimo para atraer nuevas audiencias a los museos.
  • En tercer lugar, el director del museo debe intentar canalizar la creatividad y la innovación en valor a través de las herramientas necesarias para que la oferta museística procure una experiencia de consumo satisfactoria, en términos de contenido de las actividades, tiempo y tener tendencia hacia la customización de las mismas. Por ello, cautivar las emociones del visitante y superar sus expectativas con cada experiencia (vivencia), conducirá a la consecución de mejores resultados. Por lo tanto, el museo puede utilizar la experiencia del visitante como una herramienta competitiva.
  • Finalmente, señalar que una mayor autonomía e independencia financiera de los museos parece favorecer más la creatividad y la innovación en los mismos.

Mª José Garrido Samaniego